Las imágenes de Lenormand se recrean para reflejar símbolos, valores y creencias paganos, conservando la claridad del oráculo original. Cada carta mantiene su capacidad para predecir eventos mundanos y al mismo tiempo está abierta a posibilidades metafísicas más amplias. Esta baraja, como los propios paganos, camina entre dos mundos, uno en el que vivimos nuestra vida cotidiana y otro mucho más antiguo y mágico.